domingo, 12 de diciembre de 2021

Kant, Copérnico y una Performance para un giro reflexivo

                       Decía Kant, en su Crítica de la Razón Pura, que el verdadero conocimiento de las cosas lo obtenemos si un objeto depende del pensamiento para ser conocido, una metamorfosis esencial del pensamiento filosófico de la época, aludiendo a la revolución que supuso en el mundo científico el planteamiento de Copérnico de ser el espectador el que gira en lugar de las estrellas; lo que se ha venido en llamar Giro Copernicano, aplicado a cualquier revolución sustancial.

Y justo eso es lo que consiguen estas tres artistas, ya lo son aunque aún cursen cuarto de Arte Dramático, con el espectáculo que ofrecen en tres Performance individuales con el nexo en común de la violencia de género, hacer que el objeto de su obra influya en tu pensamiento para ser conocido, desde tres perspectivas diferentes pero igualmente impactantes. 

Siempre se ha dicho que la Estadística es la gran ciencia de la mentira (si tú te comes un pollo y yo te miro, para ella nos hemos comido medio pollo cada uno), sus números no muestran la realidad de lo que ocurre, bien es cierto que tampoco es su cometido, pero es lo que nos llega a través de los medios de comunicación, "ha sido encontrada muerta una nueva víctima de violencia machista, con esta son ya 34 en lo que llevamos de año" y de tanto escucharlo nos quedamos con... una más. 

Es Oumaima Oukili la que a través de su trabajo Olvidadas, nos hace tomar conciencia de que esas estadísticas obvian el dolor y el desgarro de la víctima, ante voz en off de ese tipo de noticias a lo largo de toda su interpretación, comienza despojándose de toda su ropa para, sentada en el suelo, ir embadurnando su cuerpo desnudo de una sangre sucedánea que ante los sentidos del espectador toma conciencia de auténtica, su parsimonia y tempo hacen que las machaconas noticias martilleen el alma y visualices una realidad que no se concreta y se difumina en la mera crónica enunciada, que pasa de ser extrínseca a ser íntima y sentirla como propia, ese flemático y medido baño de sangre ajeno pasa a ser un virulento y punzante baño de desgarro es tus entrañas. Su lento desplome final te hace tomar conciencia de que tu cuerpo está inerte, sin reacción inmediata alguna, como el suyo, silencio significativo ante una actuación magistral antes de la sonora ovación.

Que el Teatro tiene dos caras es de todos conocidos y que esas dos caras representan la Comedia y la Tragedia entiendo que también. En la mitología griega es Talía, joven risueña y animada, la musa inspiradora de la Comedia y su hermana Melpómene, solitaria y triste, la de la Tragedia. 

En Prostitución por Amor nos encontramos con la simbiosis de ambas musas en una genial interpretación de Raquel Jarana, basada en un interminable desnudo, por el número de prendas, totalmente surrealista intentando atraer la atención de un seducido ausente a los requiebros llenos de gags de una comicidad apabullante, donde la carcajada brota espontánea ajena a la transmutación trágica que se produce, una vez terminada la estéril muestra de sensualidad para conseguir la atención pretendida, al darse cuenta de la realidad de lo que ha ejecutado para conseguir el amor pretendido, el llanto toma posesión de la interpretación y la congoja del espectador, comenzando a embadurnarse de un líquido mugriento, representación del vacío y la suciedad que la invade por dentro al descubrirse,  mendigando de esa manera, un poco de amor. Si Valle-Inclán creó el esperpento como género literario, Raquel lo interpreta con la categoría de Arte, con mayúsculas.

La entropía, en informática, mide el grado de incertidumbre que un número determinado de mensajes provoque uno solo y, en física, el grado de desorden de un sistema y su inviable restauración una vez alcanzado el caos. Extrapolando al mundo de la psique, tu zona de confort se volatiza cuando una serie de mensajes se condensan en uno solo, provocando el caos, haciendo imposible restaurarla. 

Ángela Corrales, a través de su Tú  Decides, nos lleva a una entropía psíquica, invirtiendo al actor activo de su interpretación, es el espectador quién adentrándose en una sala oscura con una diminuta linterna alumbrando el suelo va descubriendo mensajes inquietantes que hace sentirte en la piel de lo que se va leyendo, "tengo miedo, no me cuelgues", "siento pasos detrás de mí y estoy sola"... la mente va desplazándose a una situación de miedo y angustia que son reales sin ser ciertos, al fondo un maniquí desnudo,  sentado y con las piernas abiertas, detrás el cuerpo tumbado e inerte de Ángela y el movimiento del asistente, ahora ejecutante, interactúa con su inmovilidad ante el caos producido en su ajena zona de confort, con un último mensaje espeluznante "Mamá si no llego a casa que sepas que te quiero mucho". Nunca un cuerpo inmóvil hizo caminar más deprisa una mente con la habilidad de desestabilizarla. 

Decir que Ángela Corrales es mi hija y tuve que hacer un gran esfuerzo mental para convencerme de que era solo una actuación y no la realidad de una tragedia, aunque lo he intentando entiendo que no he podido ser totalmente objetivo, pero el mensaje que estas tres grandes actrices nos han querido mandar es justo ese, no tenemos que ser objetivos ante este drama que nos han representado, sino profundamente subjetivos, visualizar su sufrimiento, sentir la suciedad de la inacción e interactuar en nuestro entorno ante la inmovilidad. 

Esta representación es un instrumento de concienciación mucho más efectivo que cualquier campaña del Ministerio de Igualdad y su difusión en medios de comunicación así como en jornadas escolares, algo imprescindible para hacer reflexionar sobre una lacra que, esperemos, consigamos entre todos erradicar más pronto que tarde. Si posees una sala de actuaciones o cualquier otro espacio dedicado a representaciones culturales no debes dejar pasar la oportunidad de llevarlo en tu agenda, altamente recomendable de promocionar y de asistir.

Fue en las Noches Syam, promovido por el Centro Syam de Cádiz, gracias por vuestra acogida y la labor que hacéis para el enriquecimiento de cuerpo y mente y el apoyo a la Cultura bien entendida. 

La vida es más luminosa cuando te enseñan caminos nuevos por dónde transitar, gracias a las tres por ese faro en el horizonte emocional. 

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