viernes, 23 de diciembre de 2011

Feliz Navidad y un venturoso 2012

Hoy he mirado las dislocadas luces del Árbol, me he recreado en el Belén y en ese nuevo inquilino de estas fiestas que mi niña pequeña ha querido que este año nos acompañe y que con mimo decoró ayer, totalmente inconsciente de mi accidental origen catalán, un tronco con cara de muñeco, el Caga Tió. Me da buena espina esta inocente coincidencia.



Y he vuelto a tomar conciencia de que un año más existirán huecos en la mesa que ya nunca se podrán rellenar y la mesa estará repleta, sin ausencias, porque cualquier lugar de nuestra alma evocará una imagen alegre de lo vivido juntos.

Hoy he pensado en ti, y en ti, y en ti... y en ti, el Caga Tió me ha dado buenas vibraciones y quería compartirlo contigo, con vosotros.

domingo, 1 de mayo de 2011

Eres mi madre

Hace ya muchos años escribí estas sevillanas para mi madre, feliz día a todas las que lo son.




Mi vida te la debo
también tus besos,
por eso te dedico
mi amor sincero,
para que sepas madre
cuanto te quiero.
Que tú eres mi camino
y mi sendero,
que tú eres el calmante
de mis tormentos.
Eres mi madre
la que me ha dado la vida
de entre tu carne.

Las canas ya se asoman
entre tu pelo,
el blanco que te roba
tu pelo negro;
los sueños de la vida
ya son recuerdos,
sólo queda la rosa
y aquellos besos,
y aquél que te quería
con sus desvelos.
Eres mi madre
la que me ha dado bebida
de entre tu sangre.

Tu cara no se arruga
sigues tan joven,
tus ojos que me alumbran
aún son de flores,
sólo tus manos hablan
de tus dolores,
tan sólo son las brumas
de tus amores,
tan sólo son la carga
de tus pasiones.
Eres mi madre
la que me ha dado consuelo
de todos mis males.

Recuerdo aquellos cuentos
que me contabas
y aquellas manos tuyas
que me acunaban,
tus brazos me cogían
si me asustaba,
tus manos como plumas
me acariciaban,
tus besos en mis mejillas
me sosegaban.
Eres mi madre
la que me ha dado consejos
porque los sabes.

viernes, 1 de abril de 2011

La única posesión cierta

El frío se incrustaba en cada poro de su piel, introduciéndose a través de la rotura de sus zapatos roídos serpenteando a lo largo de su famélico cuerpo, cubierto de andrajos y cartones. Su mente, ya adormecida por el aterimiento, aún viajaba por el recuerdo.

Los rostros burlones de su ex-mujer y sus hijos, parecieron congelarse en sus neuronas cada vez más desconectadas, recordó las amenazas de su esposa cuando perdió cuanto poseía, por la estafa de su socio manipulador, volvió a resentirse de los golpes propinados por la mujer a los que no pudo responder, la ley le hubiera machacado y su educación no se lo permitía; pudo salvar su casa, pero en el divorcio le fue adjudicada a Silvia, que se quedó con la custodia de los menores, los mismos que le reprochaban una y otra vez que ya no podían ir al colegio privado ni vestir ropas de marcas; la realidad de lo que significó para ellos tantos años de sacrificios personales le insistía en su nimiedad como ser social. La sentencia fue aún más demoledora, tendría que pasar una pensión compensatoria y las correspondientes pensiones alimenticias, detrayéndolas de un vergonzante subsidio por desempleo que percibiría durante dos años, lo que hacía imposible iniciar una nueva vida.

El delirio fue la única huída de un mañana sin esperanzas y la mendicidad la única forma de vida que pudo llevar con dignidad, lejos de las causas de su desdicha; cada mañana se aseaba en la fuente más cercana a lo que había sido su lecho durante la noche, recogía sus cartones y buscaba aposento en cualquier calle que fuera transitada, agachaba la cabeza y esperaba con resignación el cliquear de las monedas cayendo en su caja de cartón, horas tras horas, un año y al siguiente, con lluvia, frío, sol sofocante o bruma espesa, que era lo único que diferenciaba un día de otro.

El día anterior, a lo lejos, escuchó una risa que le pareció reconocer, una pareja se acercaba entre arrumacos y carantoñas, ella envuelta en un abrigo de visón reluciente y él con traje impecable. En su demencia, reconoció a Silvia y a César, su socio timador, quien, conforme se acercaban, sacó unas monedas de su bolsillo y con desdén las lanzó sobre el improvisado monedero y continuaron su camino sin reparar en el depositario de su limosna.

La lucidez se acomodó en su razón, recogió las monedas y el recuento fue suficiente para lo que iba a hacer. Entró en el portal de enfrente y subió a la primera planta, donde había una Notaría. Al entrar, las miradas fulminaron su presencia, pero, tras las explicaciones oportunas y la atención del Oficial, le hicieron pasar a la sala de firmas donde el Notario leyó el escueto testamento que se disponía a firmar, decidiendo sobre lo único que, aún, nadie le había podido arrebatar.

"A partir de mañana podrá la Ciencia tomar posesión de mi cuerpo."


"La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp". Rembrandt

sábado, 5 de marzo de 2011

La virtud del voto en blanco

Un día de elecciones ir a mi colegio electoral a votar, más que un derecho es una obligación, por convencimiento moral y por respeto a todos los que despreciaron su propia vida para que la nuestra fuera mejor, o al menos tuviéramos en nuestras manos que así lo fuera. Su lucha no merece quedar tan sólo plasmada en los libros de historias o en fotografías más o menos ajadas, sino que ha de manifestarse en cada sobre que cae en la urna; el contenido del sobre no importa ese día, importará el siguiente y durante cuatro años, pero no ese, un sobre que se deposita lleva impresa todas y cada una de las intrahistorias que lo hicieron posible y la mano que lo suelta es una mano tendida llena de agradecimiento obligado.



No entiendo la abstención voluntaria más que como un desconocimiento profundo de nuestra historia o, lo que es quizás peor, un olvido consciente de nuestro pasado y lo que significó. El desencanto con la clase política es evidente, todo entre ellos se basa en un "pues tú más, déjame paso que ahora me toca a mí trincar", pero no nos debe cegar en la posibilidad de modificar la sensación de hastío; no es el sistema el que falla, son los partidos políticos, las personas que los dirigen y las leyes que ellos mismos aprueban en su favor los que vician el sistema. Para ellos la abstención no es más que "un somos menos a repartir", no computa, no resta, la legitimidad está asegurada.

Si esa abstención, en vez de pasar el día de playa, montaña o sábanas perezosas, acudiese en masa a votar y su voto fuera en blanco, ¿qué ocurriría? Sencillo, la legitimidad de las fuerzas políticas se vería en entredicho, no a nivel nacional, la vergüenza no es uno de los deportes españoles, pero sí ante los organismos internacionales, que en la práctica son a los que nos debemos.

El voto en blanco no computa a la hora de asignar escaños, pero sí incrementa el porcentaje mínimo de votos necesarios para asignarlos y si perjudica a los partidos minoritarios, es por la nefasta Ley D´Hont, implantada en España para favorecer a los partidos nacionalistas, y no por el voto en sí. Imaginaros una situación utópica en la que ningún partido político alcanzara ese umbral mínimo para asignar escaños por la cantidad de votos en blanco, ningún escaño se asignaría y el sistema de partidos tal como lo conocemos habría llegado a su fin y con ellos toda la clase corrupta que los sustentan, así que el voto en blanco sí tiene incidencia en unas votaciones democráticas y en nuestras manos está.

Dejando la utopía a un lado, toquemos algo más el suelo. Un porcentaje elevado de votos en blanco haría que el porcentaje en el que se apoya la legitimidad de un gobierno bajase a niveles en los que su credibilidad internacional se resintiera, lo que conllevaría de inestabilidad económica y social sería suficiente para que ese gobierno fuera efímero y se viera obligado a convocar elecciones, con el desgaste de sus clases dirigentes. Elecciones en las que nuevamente se produciría el mismo efecto y así sucesivamente, hasta depurar por inercia a toda la clase dirigente del país y las leyes que los perpetúan. Habría que cambiar la Ley de partidos, posiblemente se iría a unas elecciones de listas abiertas y el sistema de asignación de escaños se modificaría a uno más justo con las intenciones de los votantes.

El voto en blanco sí tiene incidencia política, sólo ha de tener el suficiente porcentaje para hacerse notar, no es un voto inútil, sino minoritario y como tal, perjudicado como cualquier otra minoría, hagamos que su minoría se vuelva suficiente y así consigamos que la clase usurpadora de la voluntad popular desaparezca por indecente.

Si te vas a abstener o vas a votar los menos malo, piensa en esto, vota y vota en blanco.

lunes, 28 de febrero de 2011

Fue un 4 de diciembre

Callos negros de empuñar una bandera, Arbonaida al viento, casacas verdes frente a verde esperanza, blanco pálido del miedo frente a la paz blanca, al fondo un pueblo gritando vida en la tierra muerta, al frente una clase que de tanto pensar soluciones actuaron de espaldas a la realidad, las mismas espaldas que el pueblo seguía a distancia, escenificación cruel de una realidad patética.



Callaron al pueblo con migajas, Plan de Empleo Rural, prisioneros del pan para hoy, aunque mucho pan, con la venganza del hambre para mañana, mucha hambre, sus manos, límpidas entonces, manchadas ahora, aunque no de las durezas del trabajo, sino del engaño y la mezquindad.

Callaron al pueblo borrando su historia, aquel 4 de diciembre no pasó, Andalucía suspira en el 28 de febrero por obra y gracia de desgraciados vividores, sangre baldía la del héroe Caparrós, maldita la hora que intentaste darle un símbolo a la idea política, que flaca la memoria del que medra.

Arengan al pueblo en una fiesta que es suya, aunque no nuestra, y el pueblo sigue gritando, aunque con oles y palmas, que flaca es la memoria que secuestran.