domingo, 15 de diciembre de 2013

Puñaladitas de hambre

    Subían la calle de la gusa y paraban en la plaza del Don Nadie, entre harapos y cartones recogían la comida trasnochada del jardín de las sobras, un aliento y dos hijas junto al desprecio de la sociedad ausente que hoy se rasga las vestiduras de la incredulidad y seguirá al calor de la copa de cisco de la indiferencia, contemplando las luces de la Navidad.
 
 
    Ellos ya no la verán, puñaladitas de hambre que dejó la muerte después de muchos pases de pecho a la vera de la opulencia; de fondo suenan las panderetas de una España unida frente a los coros de la independencia, el soniquete campanillero del recuento de monedas frente a las palmas sordas de las cuentas vacías, los cantos desafinados del golpe de estado ideológico frente al grito silencioso de un pueblo autista.
 
    Ahora los indiferentes son ellos, allá nos pudramos entre tanta gula dirigente y la avaricia opositora, ellos ya no estarán para presenciar a la sociedad contemplativa que sustenta esta caterva de vividores, pasaron a ser un número más de la estadística luctuosa, mucho más de lo que eran en vida para la corruptela de los ojos vendados.
 
    Dejaron a una de sus hijas que nos mirará con reproche por siempre y nos recordará, con eco machacón, que somos unos cobardes, cómplices de este desatino de mercados y presupuestos, de miradas hacia otra parte chiflando nuestras vergüenzas, de cabezas de avestruz esperando que pase un temporal, sin saber que no pasará, podrá cambiar de dirección y, tal vez, de sentido pero seguirá llevándose vidas que con el tiempo, hasta la próxima, serán anónimas.
 
    Y de fondo sigue sonando el quejío de una voz al toque fúnebre de una guitarra... hambre, hambre, hambre.

jueves, 28 de marzo de 2013

Valle-Inclán hermano honorífico de los Panaderos

       Láminas de otro tiempo con la oxidada pátina de la egolatría y el disfrute folclórico, repudiando la máxima de a casa por el camino más corto y el capirote puesto, armaos de barra en barra, nazarenos de antifaz en mano y pasos danzarines a los sones de una mudá de recreo, ¿por el camino más corto?, depende del espejo ¿cóncavo o convexo?


       Por unas gotas y a la guarida, la del oso cavernario por el receso, que es mejor dar el mitin que intimar con la prudencia y el recogimiento, como pavo real en obligado lucimiento, tras el exhibicionismo al templo complaciéndose en la penitencia abandonada, ¿un juego de pasitos?, depende de la lupa ¿cóncava o convexa?

       Sólo faltaron los ajustes de cirios y las varas traveseras enfrentados en pendencieras justas arcaicas, penitentes de las cruzadas en guerras santas jaleados por chiflidos y el auspicio de los del Palquillo inhibidos en su pobreza de espíritu, oronda avestruz qué más da si cóncava o convexa.

       La estación del esperpento frente a la teoría de la penitencia y la cóncava imagen entre Orfila y Cuna, ¿o era convexa?