lunes, 28 de febrero de 2011

Fue un 4 de diciembre

Callos negros de empuñar una bandera, Arbonaida al viento, casacas verdes frente a verde esperanza, blanco pálido del miedo frente a la paz blanca, al fondo un pueblo gritando vida en la tierra muerta, al frente una clase que de tanto pensar soluciones actuaron de espaldas a la realidad, las mismas espaldas que el pueblo seguía a distancia, escenificación cruel de una realidad patética.



Callaron al pueblo con migajas, Plan de Empleo Rural, prisioneros del pan para hoy, aunque mucho pan, con la venganza del hambre para mañana, mucha hambre, sus manos, límpidas entonces, manchadas ahora, aunque no de las durezas del trabajo, sino del engaño y la mezquindad.

Callaron al pueblo borrando su historia, aquel 4 de diciembre no pasó, Andalucía suspira en el 28 de febrero por obra y gracia de desgraciados vividores, sangre baldía la del héroe Caparrós, maldita la hora que intentaste darle un símbolo a la idea política, que flaca la memoria del que medra.

Arengan al pueblo en una fiesta que es suya, aunque no nuestra, y el pueblo sigue gritando, aunque con oles y palmas, que flaca es la memoria que secuestran.