domingo, 24 de marzo de 2019

Tributo, homenaje o pacedura

                De repartir entre las tribus a vivir de lo repartido, sin crear más nada, como un ser político que solo ha sido político, un tributo, un impuesto, exprimir y vivir cuando es un fin en sí mismo y no un instrumento para engendrar el genio y el ingenio, una mera repetición de posturas y composturas, un copia y pega en la nada para ser algo sin ser uno mismo, un desierto artístico lleno de parodias ajenas en ajenos espejos que reflejan el vacío.
 
                El homenaje es otra cosa, es recordar lo mitificado para sacar la esencia propia, para crear, para decirle al mundo esto es lo que ofrezco desde lo que admiro y desde lo que siento, un envite que el público decidirá si es válido o no, un riesgo a la autoestima y a la crítica, pero eso es el arte, una apuesta desde el interior para transmitir los sentimientos que produce lo que otros crearon.

 
               No concibo un tributo sin la osadía de crear, como un punto y final del ejecutor instrumentista que no muestra más allá de lo que otros ya enseñaron de forma magistral. Hay que inventar y engendrar, no solo pacer.

               Esto no es una crítica destructiva a los músicos que son capaces de subir a un escenario y ofrecer música, aunque sea la de otros, porque admiro la capacidad de todo aquél que hace algo de lo que yo soy incapaz. Solo trato de ser constructivo, arriesgad, plasmad en negro sobre blanco aquello que lleváis dentro y dejad que el público decida si le gusta sin dejar de dar a conocer la música que os inspira, pero exhibiendo la vuestra a la vez.

               Y también un palazo a nosotros, los oyentes, los aficionados, que somos capaces de llenar una sala para ver un tributo a Triana pero incapaces de reunirnos más de veinte cuando esos mismos músicos, con sus mismas virtudes que cuando interpretan a Triana, nos ofrecen algo nuevo sin el reclamo y la etiqueta de Triana o Rock Andaluz.

               Quiero tributos que junto a los tributados nos den muestra de su valía creativa sin miedo a la exposición, el mismo músico es tocando un tema ya conocido e idolatrado que un tema que ha nacido de su esencia.

               Quiero desde el tributo una Rǝevolución musical, que no sea la interpretación Tan Solo por Esta Noche como Testigos del Tiempo, que Hasta el Día de Hoy el Sonido Andaluz de los tributos ha invertido a Triana... y en Triana.

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