viernes, 20 de marzo de 2015

La reflexión de las masas

Ya termina la campaña de las sonrisas falsas y la falta de sonrisas, de las manos tendidas al sol y apretones vanos, de muñequitos y monigotes de imperfecciones retocadas en portadas, de programas llenos de morfologías barrocas y semántica plana con promesas orientadas al incumplimiento sin sonrojo. 
 
 
Ya mintieron las castas-masas a los hombres-masas y se presume la mentira en los círculos, voceros de asambleas, dispuestos a ser casta-masa, en aquellos ciutadans traducidos a conveniencia para ser forales desde Andalucía por sí para España y Catalunya, patente el engaño en la rosa del desierto a por nada y en la lucha contra sí mismo del nacionalismo apátrida.
 
¿Qué nos queda? Dejar de ser hombres-masas y empezar a hacer mayoría de la minoría excelente, boicotear el sistema desde el sistema, que el sobre caiga vacío en la urna de erecciones, vacío del capullo que se ve erecto, de la gaviota que prefiere el capullo erecto por miedo a la flacidez de los privilegios, de la izquierda que se ofrece a frotar el capullo erecto y de la que se ve frotándolo marcando los tiempos, vacío de los que sueñan con el capoll erecte de la pela ajena para la pela propia, con los demás que me salto ya iría el sobre lleno de vacío.
 
Reflexionemos, dejemos de ser masas y exijamos poder elegir  la excelencia aunque ninguno seamos excelentes.

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